viernes, 31 de octubre de 2008

¿Cuánto hará de eso?


Un día viste la luz
y tus ojitos delicados
parpadearon una y otra vez
en ese instante naciste.

Recorriste muchos caminos
tanteando siempre el terreno
tus primeros pasos siempre cuidados.

El tiempo, sin embargo
te dio confianza y pensaste
en correr, correr sin ninguna
precaución.

La sorpresa te la dio la vida
aún de grande es posible caer
y caíste una y otra vez
y te levantaste, también.

Después te conocí
y en tus ojos vi el reflejo
de una amiga fiel,
por eso ahora te canto estas
mañanitas, como se las cantaba
el rey David a las niñas bonitas.

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