lunes, 12 de noviembre de 2007

Sólo para damas


Advertencia: Relato erótico, escrito para concursar en: http://www.fernandasiempre.blogspot.com/, si lo lees y te gusta puedes votar por este minicuento, en la dirección antes citada.


Lo sabes soy un hombre de pasión desbordada. En cuanto miro una chica por la calle me pongo tenso, literalmente. Pero lo que no sabías, es que siempre he mantenido una vida oculta. Para ti soy el hombre perfecto, el que siempre te cumple en las noches de frío y de calor, también. El que te ha arrancado unas lagrimitas al hacer el amor. Sí, llorabas por qué te sentías tan feliz de vaciarte completamente, tan libre. Chuparte los senos apuntalados hacía arriba constituía el preámbulo de la batalla, puestos así cuando te decía mil palabras.

Recuerdas cuando perdí el empleo como chofer. No teníamos otros ingresos. Yo no encontraba que hacer. Los ahorros disminuían escandalosamente. Un amigo común; Pedro, abrió mi horizonte con conclusiones rápidas: “Adoras tener sexo y si por ti fuera estarías todo el día haciéndolo, no tienes empleo, pues empléate tu mismo, en qué, haciendo lo que disfrutas”, y la luz se hizo.

Por eso no entiendo lo que pasó. Ayer me pareció escuchar tu voz por mi línea empresarial, solicitando costos, horarios, etc., por mis servicios. Cuando diste la dirección avenida Lagartero, colonia 24 de Junio No. 04, la sospecha se confirmó.

No podía cumplir ese servicio, lógicamente, mandé a mi auxiliar. No lo niego estaba un poco inquieto, mientras esperaba su regreso aquí en la oficina. Llegó con una sonrisa. “Por mujeres como esa es que vale la pena esta chamba”, dijo. Y yo con sentimientos mezclados orgullo-tristeza, le pedí que contara los detalles.

Empezó con: “El marido debe ser un bruto que no sabe lo que tiene en casa. ¡Que mujer! Es una bestia en la cama. Dice que con su marido tiene que fingir placer, y a veces llora, por qué realmente lo ama, pero no la satisface. ‘Si tan solo se pareciera un poquito a ti’, me dijo ella, con cierta coquetería. Eso compadre, levanta la autoestima”.


No encontré que responder, las palabras se atoraban en mi garganta.

No hay comentarios: