jueves, 6 de septiembre de 2007

Razones

Como diría Facundo Cabral, no estoy deprimido, estoy distraído.

A veces se me olvida ver al cielo, observar los pájaros, las estrellas, la luna, etc. Ver los ojos de mi hija, encontrarme en ellos. Que son la ventana al fondo de su corazón.

Por eso ayer jugamos a hacer monstruos de fichas de dominó. Después nos fuimos a nadar. Una vez cansado, el mundo seguía siendo el mismo, pero lo miré diferente como mas suave, mas agradable, mas benévolo.

Ya no quiero distraerme, quiero tener los ojos bien abiertos para ver todo lo bueno que ofrece la vida.

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