jueves, 6 de septiembre de 2007

Duendes

Cuando las luces se apagan aparecen los duendes dispuestos a bailar. Ellos disfrutan asustándonos, en la oscuridad están en su medio y si los toleras se sienten tan a gusto que es difícil echarlos aún con la luz del día.

Por eso siempre procuro prender todas las luces y cuando cae la noche, porque es irremediable que así suceda, entonces me hago acompañar de la luz de la luna.

Y cuando la luna descansa, en esos días negros inevitables, guardo siempre en mi alma las chispitas de tu mirar.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Pitonisa ves?

al amanecer de los tiempos asistió el sol, nos miramos los unos a los otros, al escuchar el estruendor
de tambores, de aldargas, y aceros de nuestras armas con aquellos mensajeros.

en espasmos de inframundo su complexión divina, excitada con alguna erosión de sustancia magica o quizas de compuesto erizo y gélido, que le ahoga y la domina.

Pitonisa ves?

ves en la batalla honra alguna?
ves acrecentar de nuestro imperio el territorio por acres y millas? ves de nuestros vencidos el tributo que a los dioses, y a nuestro señor el rey,
a de corresponder?

su cuerpo serpenteante, y el extasis de los místicos elementos fulgurantes, la suspenden en un letargo, y sucumbe; la visión!!!

Pitonisa ves?