Hoy al estar esperando el transporte colectivo por la entrada de Plaza Cristal he visto una pareja de enamorados. Ella con todas sus posibilidades le decía te quiero, te amo, te adoro. Él con la misma intensidad y con los mismos artilugios, utilizaba toda su energía para expresarle la dicha producida, seguramente asistí a un reencuentro después de un largo tiempo. Y no quería entrometerme en esa intimidad, pero los tenía enfrente.
Además como pretexto tengo que acotar que toda esta imagen me condujo de inmediato a mi sobrino, un joven que se casó hará cosa de unos quince días y que desafortunadamente es sordomudo. Se unió a una mujer que si habla y si oye. Me quedé pensando en ese día cuando estando en la iglesia me preguntaba si existen posibilidades de que ellos realmente sean una pareja perdurable; espero estén juntos hasta el final.
Volviendo mis pensamientos a esta mañana, aún siento erizarme la piel al contemplar las distintas manifestaciones de un amor sin palabras. Me conmovió.
Además como pretexto tengo que acotar que toda esta imagen me condujo de inmediato a mi sobrino, un joven que se casó hará cosa de unos quince días y que desafortunadamente es sordomudo. Se unió a una mujer que si habla y si oye. Me quedé pensando en ese día cuando estando en la iglesia me preguntaba si existen posibilidades de que ellos realmente sean una pareja perdurable; espero estén juntos hasta el final.
Volviendo mis pensamientos a esta mañana, aún siento erizarme la piel al contemplar las distintas manifestaciones de un amor sin palabras. Me conmovió.
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