lunes, 5 de noviembre de 2007

Bifurcación

Muchas palabras habrás escuchado, muchas mas habrás leído, pero todo el poema que me inspiras dudo mucho que lo hayas recibido. Son palabras imperfectas, pero son pedazos de mi alma que se quedan en ellas para decirte cuanto te amo. Quiero buscarte y encontrarte, quiero ser prisionero de tus brazos y quedarme allí para siempre, abastecerme cada día de ti.

Cuando el reloj anuncia las cero horas yo te escribo, el señor Morfeo me llama pero yo hago caso omiso para terminar de escribir, -escribirte.

La luna es mi cómplice iluminando la noche con su luz espléndida, susurrándome cosas para decirte. Y yo me dejo llevar por ella en un juego espacial, especialmente iluminado por el cielo estrellado.

Tus ojos, esos ojos tan expresivos, tan, tan cómo describirlos. No es una pregunta pero cómo decirlo de otra manera. Cómo responder a una pregunta no formulada, a una verdad evidente. No lo sé, no tengo la respuesta porque el amor no se explica con fórmulas ni razones, es algo intangible que se siente y ya, y que crece cada día de manera exponencial.

Si algún día ya no estás, cuando tú te hayas ido, el viento dirá mi nombre susurrando a tu oído. Entonces quizás, recuerdes estos días en que escribí para ti.

La vida pasa, el tiempo se nos va, lo retenemos a veces un instante,-nada más.

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