jueves, 21 de febrero de 2008

Se lo que quieras ser, pero nunca olvides tu origen









Esta es la historia de una lombriz, pero no una lombriz cualquiera, no, para nada. Su singular estilo de vida le concebía una recia personalidad. Razón por lo cual creía no merecer ser una simple lombriz; sino algo más, quizás una culebra -por lo menos, pensaba.
Todos sabemos que una lombriz constituye una rica golosina para un pez y, su destino está muy ligado al de un pescador. Pero eso de ser carnada, como que no la convencía, pensaba que tenía que existir otras opciones para una lombriz.

Así fue como decidida a cambiar el rumbo de un destino cuadrado, se disfrazó de culebra. Con pintarse unos anillos de color rojo bastó para a partir de ahora llamarse Culebrina. Con su ondular tan distinguido, pronto fue reconocida como una de las más preciosas serpientes del pantano. Todas sus nuevas amigas, secretamente deseaban tener unos anillos tan perfectos, tan llenos de color.

El tiempo, el tiempo que nunca se detiene, aun en los cuentos, avanzó muy de prisa. Todas las amigas de Culebrina crecían y crecían, en cambio, esta seguía siendo una pequeñita. Algún secreto debe guardar, -rumoraban sus amigas. Porque a simple vista seguía siendo una culebra niña.

Decididas a descubrir el secreto que guardaba idearon un plan a fin de descubrirla. Este consistía en organizar un concurso de “mordidas al vacío”, se trataba de morder un recipiente, un vaso, para ver quien depositaba más veneno. Obviamente la lombriz no depositó ni una pizca de veneno. Mirándose descubierta no tuvo más remedio que contar la verdad.

Moraleja: Si quieres cambiar tu destino, cámbialo, pero no finjas lo que no eres, pues tarde o temprano tendrás que escupir el veneno, y hay de ti si no eres capaz de dar por lo menos un chisguete.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ja ja ja ja ja ja

Estupendo amigo.

Habra gente a la que voy a molestar con este cuento, esta padre. ya era hora de tu reaparición.

Enhorabuena, Informapitecus.

Santoñito Anacoreta dijo...

Cuando la sencillez se impone, la literatura se enriquece. Inteligencia, simplicidad, corrección y un gran magnetismo. Eso veo en tus textos y desde ahora cuéntame entre tus aficionados. Espero a mi vez no defraudar tu réplica cuando visites mi red de blogs desde http://vetaliteraria.blogspot.com o cualquiera de los otros ahí listados. Sé que debo publicar más seguido, pero en mi locura aún no logro transformarme en pulpo.