martes, 17 de julio de 2007

Yerros

La mujer en la pista de baile, contoneándose sin parar, en una danza casi, casi animal. La multitud enardecida la clama sin parar, deseándola de forma patológica, poderla penetrar en ese instante, llenarse de esa agua que brota sin parar. Un tipo se levanta y la quiere tocar, no le da tiempo, una mano fuerte lo hace desistir, lo detiene justo en el instante en que se lo proponía. Se retira golpeado, humillado. Mientras en la pista no cesan los movimientos llenos de procacidad. Todo pasa en un segundo y yo estoy ahí. Buscándote a ti en un lugar equivocado.

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